El orgullo del caos

El caos parecía haberse apoderado casi totalmente de su vida. Es más, así se sentía.
Un suave sonido captó su atención y de inmediato se fijó en la pantalla del ordenador que estaba sobre el desordenado escritorio. Había un mensaje instantáneo. 'Hola', decía. Y detrás una cara sonriente.
Ella en cambio no sonrió. Se quedó mirando la pantalla pensativa. Segundos después, con aire decidido, cerró el mensaje y se marchó.
Así le dijo adiós, cuando realmente quería decir 'lo siento' o, posiblemente, 'te quiero'.
Maldito orgullo, que hace perder oportunidades.

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