Montañas nevadas

Sus lágrimas se derramaron por sus mejillas, estaba intentando luchar contra ello durante hotas pero al final la fuerza de la gravedad las hizo deslizarse sobre su piel clara. Quiso taparse, avergonzada de ello. Él, al darse cuenta, posó con suavidad los dedos en su barbilla y volvió su cara hacia él.
Ante tal evidencia ella no pudo más que decir. 'Cuidado'. El destino respondería después.

Gasolinera

La lluvia azotaba los cristales con suavidad. Al pasar por su lado, su dedo índice quitó las gotas de la superficie para escribir dos letras que ella pudiera entender desde su posición.