Poco a poco

Primero un pie al frente para después depositar todo su peso sobre él. Después, el otro, y vuelta a empezar. De nuevo. Sin olvidarse de sus manos aferradas a cualquier clavo cercano, aunque arda, para así no caer otra vez.
No era nada fácil, pero al menos lo intentaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario