Observa su reflejo. La mirada, el gesto y los hoyuelos de las mejillas. La forma de ser que se presume a través de su inocente sonrisa. La pequeña siente admiración por el rubio rizo que cae sobre sus hombros y lo estira con gracia. Mientras tanto, a su madre no le hace falta mirarse en ningún espejo, tiene ante ella su vivo reflejo.
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