El tiempo no pasa

Parecía que no había pasado el tiempo. Las calles que las habían visto crecer volvió a verlas pasar. Sonrientes, confidentes. Cómplices. Aquel día una irremediable risa infantil rompió el silencio que las rodeaba y viajaron de nuevo a la niñez. Como aquel día que se vieron por primera vez. Como cuando las unía un uniforme. Como cuando las separaban dos pupitres. Como cuando se forjó una amistad sin que su inocencia infantil se diera apenas cuenta.

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