Palabras del corazón

Se situó ante un folio, sin embargo su extrema blancura y la poca personalidad que le confería le impidieron estampar una sola letra en él. Y lo intentó varias veces sin lograr el resultado deseado. Después el problema llegó con la tinta. Ninguna le parecía lo suficientemente adecuada para quel momento. Al darse cuenta que seguía en el mismo punto en el que había comenzado, abandonó su idea.
El problema no era ni el soporte, ni el material. Sino, simplemente, que su siempre impetuosa inspiración se había tomado unas vacaciones. "Es lo que tiene escribir con el corazón y no con la cabeza", se dijo.

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