Oscura madrugada

Sólo habían pasado unos meses, sin embargo recordaba muy poco de aquel día. Se obligaba a hacer memoria. Estaba cansada y los tacones hacían mella en ese cansancio que se acrecentaba por momentos, igual que las horas de trabajo que llevaba a las espaldas de aquella tarde.
La noche irrumpió en su vida mientras ella maldecía estar allí. De pie. En aquel lugar oscuro e inhóspito. Sólo tenía una única aliada a la que quería dar la espalda aquella noche. No sabía los motivos, pero algo le obligaba a quedarse allí a pesar de tener unas ganas atroces de salir corriendo. Se quedó quieta por miedo a tomar un rumbo desconocido. Y lo cierto es que su mundo comenzó a girar en aquella madrugada y todavía no ha parado.

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