Verde

Había cogido una silla de madera, algo incómoda para sus intenciones, pero igualmente se situó con los ojos cerrados bajo el sol, semitumbado. Ella apareció tras la puerta y lo observó, se había quitado la camiseta y también las zapatillas. En silenció se acercó para abrazarlo. Él, al sentirla abrió los ojos y ella sólo pudo mirarle fijamente. Su mirada era más verde que nunca.

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